Ayer
celebramos la Cátedra de San Pedro y recordamos a San Pedro y a nuestro pastor
el papa Francisco.
Frente a
ti Señor, ante el Misterio del Sacramento Eucarístico me llega al pensamiento
de la enorme gracia que es, primero, creer en ti, después saber que eres un
Dios-Redentor... pero también toda la inmensa responsabilidad de testimonio de
vida que esto implica.
Si siento
que el creer en ti y en la Iglesia Católica me reviste de unas gracias muy
especiales como hijo de Dios, portador de valores eternos y heredero del
cielo... ¿Cómo ha de ser mi vida?.
Y la
respuesta es: siendo fiel al Papa, hoy a nuestro Pastor el Papa Francisco y a
la Iglesia porque como bien decía el Padre José Luís Descalzo: "El encargo
a Pedro es algo más que un encargo puramente personal. Pedro no es inmortal.
Las palabras de Jesús van a recordarlo. La consigna, pues, que Cristo le
da tienen que tener un significado especial, más largo que la vida personal de
Pedro. Si Cristo habla de un rebaño permanente que va a prolongarse por los
siglos, es claro que también habla de un pastoreo permanente, que durará
después de la muerte de este pastor concreto."
Jesús,
estabas realmente introduciendo en la historia religiosa de la Humanidad una
institución llamada a durar tanto como la fe en ti. Más claro aún: estaba
instituyendo una dinastía de pastores. No una dinastía carnal y
transmisible por la sangre, pero si una dinastía del espíritu.
Pedro
será el primer pastor de esa serie en la que nunca le faltarán sucesores. El
pastoreo durará tanto como la roca, es decir, tanto como la humanidad...
Tu,
Señor, viniste para mostrarnos el Camino.
Fuiste el
Maestro y fuiste el Pastor... dejando todos los cabos bien atados, todas tus
enseñanzas diáfanas, claras. Nos enseñaste a orar, nos hablaste de las
Bienaventuranzas, nos hablaste de los Mandamientos, del código del amor, que
tomásemos la cruz para seguirte, nos aseguraste que cuando dos o más orásemos
al Padre, El estaría allí, entre nosotros, que fuésemos generosos, pero no
ostentosos en nuestras dádivas, sino que lo que la mano derecha haga no lo sepa
la izquierda, que seguir tus pasos cuesta renuncias y valentía, pero que al
final podremos contemplar tu rostro y nos llamarás "benditos de mi Padre".
Sabiendo
todo esto ¿viviré como ignorándolo, haciéndome la loca, la indiferente y quizá
pensando que ya que tu misericordia es infinita también tendré la infinita
disculpa.... para mi desamor, para mi ingratitud...¡cuidado!.
Ya nos
mostraste el Camino y apartarnos de él pudiera ser, que ni el arrepentimiento
del "buen ladrón" nos alcance al final de la jornada a tocar a
nuestra puerta, atrapada en el laberinto de las pasiones y del despreocupado
vivir.
Ahora
frente a ti y en el silencio de ese amor oculto parece que te oigo decir:- No
pierdas más tiempo. Es hora del cambio, es hora de tomar la religión católica
muy en serio y cumplir con los deberes de todo buen cristiano, de haceros
apóstoles y llevar mi Mensaje a todos los que estén a vuestro lado con la
palabra y con el ejemplo.
Aquí
estoy, esperando que seáis valientes y que llevéis en el alma el legítimo
orgullo de ser católicos, portadores de la Verdad.
Tendréis
que seguir siendo pastores, tras los pasos del Primer Pastor, ahora los del presente
Papa Francisco para que un día... ¡HAYA UN SOLO REBAÑO! Cuyas ovejas no
se aparten del Camino enseñado.
Fuente:
catholic.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario