El
Papa Francisco presidió este domingo una vez más el rezo del Ángelus desde la
ventana del estudio papal del Palacio Apostólico del Vaticano en el segundo
domingo de Cuaresma.
Esta
vez hizo balance de su reciente viaje a México y aseguró que ha sido una
verdadera “Transfiguración” del Señor. Francisco destacó la visita que realizó
a la Virgen de Guadalupe, ante la cual pudo rezar a solas y agradeció el
testimonio de las familias y los jóvenes porque ayudarán a toda la Iglesia.
El
Santo Padre explicó hoy que el Evangelio trata de la Transfiguración de Jesús y
calificó de una verdadera transfiguración la visita apostólica a México de la
que ha regresado este jueves 18. “El Señor nos ha mostrado la luz de su gloria a
través del cuerpo de su Iglesia, de su Pueblo santo que vive en esa tierra”.
“Un
cuerpo tantas veces herido un
Pueblo tantas veces oprimido, despreciado, violado en su
dignidad”, añadió.
El
Papa también aseguró que los diversos encuentros que allí mantuvo estuvieron
llenos de luz, “la luz de la fe que transfigura los rostros y aclara el
camino”.
Pero
sin duda uno de los más importantes fue su visita al Santuario de la Virgen de Guadalupe.
“Permanecer en silencio ante la imagen de la Madre era lo que ante todo me
propuse, y doy gracias a Dios que me lo ha concedido”.
“He
contemplado y me he dejado
mirar por Aquella que lleva impresos en sus ojos la mirada de
todos sus hijos, y recoge los dolores por las violencias, los robos, los
asesinatos y los abusos que hacen daño a tanta gente pobre, a tantas mujeres”,
dijo Francisco.
“Guadalupe
es el Santuario mariano más frecuentado del mundo”, subrayó. “De toda la
América van a orar allí donde la Virgen Morenita se mostró al indio San Juan
Diego, dando inicio a la evangelización
del continente y a su nueva civilización, fruto del encuentro
entre diversas culturas”.
El
Pontífice explicó que precisamente esta “es la herencia que el Señor ha entregado a México:
custodiar la riqueza de la diversidad y, al mismo tiempo, manifestar la armonía
de la fe común, una fe firme y robusta, acompañada de una gran carga de vitalidad
y de humanidad”.
El
Santo Padre también recordó antes de rezar el Ángelus que al igual que sus
predecesores San Juan Pablo II y Benedicto XVI, “también yo fui a confirmar la
fe del pueblo mexicano, pero al mismo tiempo a ser confirmado” y “he recogido a
manos plenas este don para que vaya en
beneficio de la Iglesia universal”.
Francisco
puso de ejemplo a las familias mexicanas, que “me acogieron con alegría como
mensajero de Cristo, Pastor de toda la Iglesia”. Al mismo tiempo, “me han
donado testimonios claros
y fuertes, testimonios de fe vivida, de fe que transfigura la vida,
y esto para edificación de todas las familias cristianas del mundo”.
El
Papa aludió a que también dieron el mismo ejemplo los jóvenes, consagrados,
trabajadores y para los detenidos en la cárcel, dijo el Santo Padre.
“Por
ello, doy gracias al Señor y a la Virgen de Guadalupe, por el don de esta
peregrinación”.
Fuente:
aciprensa
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