3. CONFESAR TODOS LOS
PECADOS
El sacramento de la penitencia o confesión está en crisis en algunas partes
porque, como dijo el Papa Juan Pablo II, “al hombre contemporáneo parece que le
cuesta más que nunca reconocer los propios errores… parece muy reacio a decir
‘me arrepiento’ o ‘lo siento’; parece rechazar instintivamente y con frecuencia
irresistiblemente, todo lo que es penitencia, en el sentido del sacrificio
aceptado y practicado para la corrección del pecado” (Reconciliación y
Penitencia n. 26).
Pío XII manifestó en un
radiomensaje del Congreso Catequístico Nacional de los Estados Unidos, en
Boston (26 de octubre de 1946): “El pecado del siglo es la pérdida del sentido
del pecado”.
El tercer paso para
hacer una buena confesión es confesar todos los pecados mortales y graves al confesor.
¿Qué es la confesión de boca? Es manifestar al
confesor sin engaño, ni mentira los pecados cometidos, con intención de recibir
la absolución. Dice la Biblia: “No te avergüences de confesar tus pecados”
(Eclesiástico 4,26)
Para que Dios perdone,
por medio del confesor, es necesario decir los pecados. Así lo dispuso el mismo
Cristo al instituir el sacramento del la Penitencia. “A quienes se los
perdonéis, quedarán perdonados; a quienes se los retuviereis les quedarán
retenidos” (Jn. 20, 23).
Los apóstoles, y sus
sucesores, los obispos y los colaboradores, los sacerdotes, para poder
absolver, necesitan conocer lo que perdonan, es decir, necesitan escuchar los
pecados del penitente.
¿Cuáles son las cualidades para una buena
confesión de boca?
1. Sincera: no debo ocultar lo que en conciencia es grave.
2. Verdadera: sin ocultar o disimular lo que debo manifestar, ni dar vueltas, tratando de justificarme.
3. Completa: todos los pecados graves, según su especie, número y circunstancias que cambian la especie.
4. Sencilla y humilde: con pocas palabras y sin rodeos.
2. Verdadera: sin ocultar o disimular lo que debo manifestar, ni dar vueltas, tratando de justificarme.
3. Completa: todos los pecados graves, según su especie, número y circunstancias que cambian la especie.
4. Sencilla y humilde: con pocas palabras y sin rodeos.
Omitir voluntariamente
la confesión de pecados graves o circunstancias que cambian la especie o callar
voluntariamente algún pecado grave hace que la confesión sea inválida y
sacrílega.
Gravedad del pecado
El pecado varía en su gravedad según quién lo comete, con quién se comete y
dónde se comete.
-Una cosa es robar a un rico y otra a un pobre.
-Una cosa es robar por hambre y otra para vender.
-Una cosa es robar en el supermercado y otra en una iglesia.
-Una cosa es insultar a un compañero de clase y otra, a mamá o a un sacerdote o al Papa.
-Una cosa es cometer un acto impuro con un soltero/a y otra con un casado/a.
-Una cosa es mentir en casa y otra en la confesión.
-Una cosa es robar a un rico y otra a un pobre.
-Una cosa es robar por hambre y otra para vender.
-Una cosa es robar en el supermercado y otra en una iglesia.
-Una cosa es insultar a un compañero de clase y otra, a mamá o a un sacerdote o al Papa.
-Una cosa es cometer un acto impuro con un soltero/a y otra con un casado/a.
-Una cosa es mentir en casa y otra en la confesión.
¿Qué pecados estamos obligados a confesar?
Solamente los pecados mortales, pero es bueno y provechoso confesar también los
veniales, así iremos fomentando mejor nuestra conciencia; así también el
sacerdote nos podrá guiar con toda seguridad y sabiduría hacia la santidad.
¿Qué hacer cuando sólo tenemos pecados veniales
para confesar?
Conviene recordar también algún pecado mortal ya confesado. Así el recuerdo de
un pecado grave hace más fuerte el arrepentimiento y más serio el propósito.
Esto si lo considera oportuno el confesor, porque hay almas con escrúpulos a
quienes no conviene que revuelvan el pasado ya confesado.
¿Qué sucede cuando uno olvida algún pecado
grave en la confesión, sin querer?
Obtiene el perdón de los pecados y puede comulgar, pero en la próxima confesión
debe confesarse de ese pecado que olvidó sin querer.
Una norma muy útil: cuando uno termina de decirle al sacerdote los pecados
conviene añadir: “Pido perdón también de todos los pecados que se me hayan
olvidado”. Así queda el alma mucho más tranquila.
¿Cómo es el rito de la confesión?
1. En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu santo.
2. Se lee una frase del evangelio.
3. Padre hace X días que me confesé, aclaro si cumplí la penitencia o no.
4. Mis pecados son éstos… y me acuso de todos aquellos que en este momento no recuerdo, y de los pecados de omisión.
5. Después escucho los consejos.
6. Rezo el pésame u acto de contrición lentamente y con dolor.
7. Recibo la absolución del sacerdote.
8. Le agradezco… y voy a cumplir rápido la penitencia.
2. Se lee una frase del evangelio.
3. Padre hace X días que me confesé, aclaro si cumplí la penitencia o no.
4. Mis pecados son éstos… y me acuso de todos aquellos que en este momento no recuerdo, y de los pecados de omisión.
5. Después escucho los consejos.
6. Rezo el pésame u acto de contrición lentamente y con dolor.
7. Recibo la absolución del sacerdote.
8. Le agradezco… y voy a cumplir rápido la penitencia.
Continúa...
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