Verdades
Olvidadas
El Papa
Pío IX tenía fama de ser un hombre culto y liberal. Al ser elegido proclamó una
amnistía para los presos con delitos políticos e instituyó una cámara
deliberante de representación popular en el gobierno de los Estados pontificios. También
abolió el antiguo gueto judío de Roma. Para sus propósitos liberalizadores tuvo
que pugnar arduamente con la propia curia romana, hasta el punto que en dos
años tuvo no menos de siete secretarios de Estado.
Durante
las revoluciones de 1848 en Roma se proclamó la república y el Papa tuvo que
huir a Gaeta, en el reino de las Dos Sicilias, disfrazado de monje. Desde allí
pidió ayuda a las principales potencias católicas: España, Austria, Francia y
las Dos Sicilias, que acudieron en su ayuda. Después sus territorios le fueron
restituidos por los franceses.
Después
de perder los Estados Pontificios y la sangrienta invasión de Roma, comprendió
la realidad del odio que existe contra la Iglesia y el Papa Pío IX tuvo un
cambio total en su posición liberal.
En 1864
Pío IX promulgó la encíclica Quanta cura que lleva como apéndice el celebérrimo
Syllabus errorum, compendio de ochenta proposiciones condenatorias de las
doctrinas del momento. Específicamente
anatematizó el panteísmo, el naturalismo, el racionalismo, el indiferentismo,
el latitudinarismo, el socialismo, el comunismo, el liberalismo, las sociedades
secretas, el biblismo, y la autonomía de la sociedad civil.
Reproducimos
a continuación un trecho de una Carta suya, ya desengañado de las pretendidas
bondades de los liberales, al senador Cannart d’Hamale y a toda la Federación
de Círculos Católicos de Bélgica:
(…) “Lo
que más elogiamos en esta empresa llena de piedad, es que estáis, según nos
informan, llenos de aversión por los principios católico–liberales, y que os
esforzáis por borrarlos de las inteligencias tanto cuanto a está en vuestro
poder.
La brecha
de la Puerta Pía que llevó a la invasión de Roma por las tropas revolucionarias
y a la masacre de los guardias suizos
“Los que
están imbuidos de esos principios puede hacer profesión de amor y de respeto
por la Iglesia y aparentar que emplean en su defensa sus talentos y trabajos;
sin embargo, están empeñados en pervertir su doctrina y espíritu, tendiendo, de
acuerdo a las disposiciones de cada uno, al servilismo ya sea con relación al
César o con los promotores de los derechos de una falsa libertad. Piensan que
es absolutamente necesario seguir este camino para suprimir las causas de los
conflictos,conciliar el Evangelio con el progreso de la sociedad actual y
restablecer el orden y la tranquilidad, como si la luz pudiese unirse a las
tinieblas y la verdad no fuese privada de su naturaleza cuando, al ser curvada
por la violencia, se ve despojada de su vigor natural.
“Este
error insidioso es más peligroso que una hostilidad abierta, ya que se recubre
con el capcioso velo del celo y de la caridad; esforzándoos por combatirlo y
empleando un cuidado asiduo en apartar de él a los simples, es que este
extirpareis la raíz fatal de las discordias y trabajareis eficazmente en
proporcionar y mantener la estrecha unión de los espíritus”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario