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El mes de María


Tercer día: Las letanías de la Santísima Virgen

Las letanías de la Santísima Virgen son una recopilación de alabanzas en honor a María, un resumen de los sentimientos de los Concilios, de los Papas y de los santos. En su fórmula actual, se usaron primeramente en Italia, en el santuario de nuestra Señora de Loreto. Las letanías de difundieron por toda la cristiandad, y se convirtieron en la oración favorita de todas las comunidades cristianas y los frutos de salvación fueron tan grandes que, la Sede Apostólica no sólo las aprobó sino además las enriqueció con muchísimas indulgencias. Mediante una constitución, fechada el 15 de julio de 15587, el papa Sixto V concedió una indulgencia de 200 días a quienes, con corazón contrito, recitaran las letanías. Benedicto XIV, ratificó esta indulgencia en 1728 y el Soberano Pontífice Pío VII la aumentó a 300 días, agregando una indulgencia plenaria a ganar, en las festividades de la Santísima Virgen, por todos aquellos que reciten las letanías, con la condición que en esos días de fiesta, se confiesen, comulguen y visiten una iglesia pública, rezando por las intenciones del Santo Padre.

Ejemplo

Nuestra Señora de Laus, situada a 8 kilómetros de Garp, fue fundada, hace tres siglos, por una simple pastora llamada Benedicta Rencurel, más tarde llamada Hermana Benedicta, porque se asoció a la Tercera Orden de Santo Domingo. Esta alma de elite había escuchado decir a un predicador que la Santísima Virgen es buena y todo misericordiosa, concibió un violento deseo de verla y pidió a María con las más ardientes oraciones que se le mostrara. María se le apareció, no una, sino frecuentemente, y esto durante cincuenta y seis años enteros. Antes de hacer de Benedicto su amiga y la dispensadora de sus gracias, la Santísima Virgen se dignó hacerla su alumna, y cuando tuvo estrechamente unida el alma de la joven pastora por la atracción irresistible de su belleza, le comenzó a hablar, para instruirla, probarla y alentarla. Para ponerse al alcance de la inteligencia poco cultivada de la hija de las montañas, descendió a familiaridades que nos sorprenderían, si no supiésemos que la bondad de María no tiene límites. Incluso no desdeño enseñarle a rezar, como lo hacen las madres, repitiendo palabra por palabra una oración a sus hijos; así fue como aprendió las letanías, hasta entonces desconocidas en el país, encargándole que las enseñara, a su turno, a sus compañeras y que las repitiera cada tarde con ellas. Las jóvenes hijas de Avançon y de Valsère se pusieron, prontamente, como las de Saint-Etienne, a recitar las letanías de la Santísima Virgen: todas las procesiones que llegan a Laus las cantan subiendo la montaña; toda misa celebrada en el altar de María esta seguido de sus letanías que se vuelven a decir todos los sábados, y todos los domingos, en un ambiente que no hay sino en Laus y que remueve todas la fibras del alma.

Fuente: Aciprensa.

Letanías a la Santísima Virgen María

Señor, ten piedad R.
Cristo, ten piedad R.
Señor, ten piedad. R.
Cristo, óyenos. R.
Cristo, escúchanos. R.
Dios, Padre celestial, R. ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,  R. ten piedad de nosotros
Dios, Espíritu Santo, R. ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios,  R. ten piedad de nosotros.

Santa María,                                            Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, 
                            
Santa Virgen de las Vírgenes, 
               
Madre de Cristo,                                                    
Madre de la divina gracia,                                      
Madre purísima, 
Madre castísima,
Madre siempre virgen, 
Madre incorrupta, 
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la
Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la paz. 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros. 

V/.Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/.Para que seamos dignos de las promesas de Cristo. 

Oración. Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén. 


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