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Con Jesús no hay misión imposible


Queridos amigos y hermanos en Cristo, aunque una película lleve el nombre de Misión Imposible, para Cristo y con Cristo todo es posible;  en este tiempo de misión,  es Cristo quien ilumina las tinieblas (Juan 1,5),  Él  es el verdadero Camino, Verdad y Vida (Juan 14,6) y cada encuentro con Él  tanto de nosotras como de nuestros familiares es en su tiempo. Si algunos no se han encontrado aún con Cristo, no se desanimen, cuando llegue ese momento será como el  encuentro  grandioso entre el padre y el hijo pródigo (Lucas 15).

EL PRIMER ANUNCIO – KERIGMA: muchos de nosotros decimos, con que tal persona  tenga el primer encuentro con Cristo, es una meta. No perdamos la fe, como decía San Pio de Pietrelcina: “ora, ten fe y espera”. Hay encuentros maravillosos con Cristo, por el cual muchos respondieron a la vocación que Dios les llamaba y con una misión específica, tales como  San Francisco, San Agustín,  San Mateo, San Pablo; de igual manera hay conversiones realmente increíbles como las de Santa Pelagia y Santa María de Egipto y hoy en día muchas personas se han encontrado con Cristo, al conocer la vida de Santa Juana Lestonnac, Santa Juana de Chantal, Santa Madre Teresa de Calcuta u otro santo.

LA MISION ES DE TODOS, oremos  unos por otros;  se necesita del  buen testimonio de cada uno de nosotros con el fin de animar, ayudar y perseverar a que se cumpla  lo propuesto en el Plan Misión para  el encuentro en Cristo y con Cristo, en la familia, en la parroquia y en todo el mundo. Si es posible que una matica con su tallo torcido se enderece, abonándola y guiándola con paciencia y sabiduría, luego también es posible ayudar a un hermano desviado de su camino cristiano, quizás no nos responda a nosotras, pero si a la  voz de otro misionero iluminado por el Espíritu Santo.

¿COMO PUEDO  SERVIR EN LA MISIÓN? Cuando irradiamos la presencia de Cristo en nuestras vidas,  calentamos los corazones gélidos y animamos  a los que viven en una rutina sin vivir la alegre experiencia de Jesús misericordioso, ya sea como solteros, casados o consagrados.

Abramos todas las puertas en nombre de Dios, pues Jesús nos dice de sí mismo: “yo soy la puerta” (Juan 10,9) y aunque vivamos en tiempos de un relativismo generalizado,  distracciones y oscuridades, podemos encontrar La Luz (Juan 1,5; 8,12).


En el Documento de Aparecida 32, dice: “Conocer a Jesús es  el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor  que nos  ha ocurrido en la vida y darlo a conocer con nuestras palabras y obras es nuestro gozo”  ¡Aleluya!

Por: Jaynes Hernández Natera, Coordinadora Apostolado María Madre nos reconcilia con Cristo

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