Tips para mejorar en tu vida
espiritual
¿Cuántas veces hemos anhelado algo? Un nuevo par de zapatos, un
celular, un videojuego… pon algo que tú has querido mucho. Cualquier cosa o
meta que hayas tenido que esforzarte por de verdad alcanzarla.
¡Qué lindo cuando uno logra tener eso
por lo que luchó! Qué bonito cuando sé que lo tengo porque me lo propuse y
trabajé por eso.
Pero llega un momento cuando ese
anhelo se convierte en algo pasajero que caduca. Ya después del tiempo, no lo
veo o no lo siento tan preciado como antes. Ya no le doy ese valor que antes
representaba. Ya con el uso se volvió normal y ordinario.
Creo que ese fenómeno muchas veces
nos ha pasado con nuestra vida espiritual y compromisos. Después de tener una
de esas experiencias de vida transformadora, que nos tocan a la puerta y nos
hacen sentirnos de la mejor manera y con ganas de decirle a todo el mundo lo
gratificante que es, de repente algo cambia y pasa de extraordinario a
ordinario.
Cuidado con la rutina, eso ordinario
En la vida espiritual, normalmente
comenzamos un camino de crecimiento y de aprendizaje y, como todo es nuevo,
vamos avanzando poco a poco y mejoramos. Vamos puliendo y vamos creciendo en
todos los aspectos. Pero llegamos al punto donde decimos: “ya llegué a este
nivel y aquí me voy a quedar un tiempo más”. Probablemente no lo hago
conscientemente, pero sí lo hacemos.
Esto conlleva a un conformismo de
alto nivel, porque ya no le estoy dando el verdadero valor; porque se me hizo un hábito o
algo normal.. Fui capaz de lograrlo y llegar a ese punto, pero fui incapaz de
mantenerlo constante.
Es ahora cuando debo preguntarme ¿qué
pasó? ¿qué fue lo que me estancó y evitó que yo siguiera dándole la importancia
a mi vida espiritual como aquella primera vez? Pudo haber sido una mala
decisión, una mala influencia, pero muchas veces es lo cotidiano y la rutina lo
que hace que yo me olvide de estar en sintonía con lo espiritual.
Por eso hay varias cosas que podemos
hacer para evitar que lo cotidiano se haga costumbre y evitemos una pausa en
ese crecimiento, vital, de nuestra vida espiritual.
San Francisco, ejemplo a seguir
San Francisco de Asís fue un santo
que desde los 20 años inició su vida apostólica (su día es el 4 de Octubre). Un
joven normal, que desde esa edad fue un soldado de Cristo; dispuesto a darse a
los demás, incluso, abandonó toda su riqueza para alcanzar su objetivo de
recuperar los valores de Jesucristo.
Te dejo algunos tips o preguntas que
puedes hacerte para mejorar en tu vida espiritual:
Así como lo hizo San Francisco, ¿de
qué puedo despojarme yo?
¿Qué sacrificio puedo hacer para
vivir una mayor humildad?
Busca la meditación diaria del Evangelio; porque en él encontraremos respuesta sobre la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Busca la meditación diaria del Evangelio; porque en él encontraremos respuesta sobre la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Reza el rosario o una decena del
mismo diariamente.
Que en nuestra vida espiritual
siempre sea como la primera vez, que ese fuego abrazador que brota de nuestro
corazón no se apague.
No nos quedemos en pausa, pensando
que no valdrá la pena o que no servirá. Este es un camino que cuesta y es duro,
pero que de verdad vale la pena.
Por: Fabián Ortiz | Fuente: Catholic.net
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