En
este Lunes del Ángel, el Papa Francisco presidió en el Vaticano el rezo del
Regina Caeli, la oración mariana que sustituye al Ángelus en Pascua. En sus
palabras alentó a anunciar con fe, esperanza y sin miedo, como la Madre de
Dios, que Cristo ha resucitado: ha vencido a la muerte y el pecado.
El
Pontífice dijo que después de Cuaresma y el Triduo Pascual, mientras celebramos
la Pascua, nos detenemos en este Lunes del Ángel “ante la tumba vacía de Jesús
y meditamos con estupor y gratitud en el gran misterio de la Resurrección del
Señor”.
“La vida
ha vencido la muerte. ¡La misericordia y el amor han vencido al pecado! Se
necesita fe y esperanza para abrirse a este nuevo y maravilloso horizonte. Y
nosotros sabemos que la fe y la esperanza son un don de Dios y debemos pedirlo:
‘¡Señor, dame, danos la fe, dame, danos la esperanza! ¡La necesitamos tanto!
Dejémonos invadir por las emociones que resuenan en la secuencia pascual: ‘¡Sí
que es cierto: Cristo ha resucitado!’. ¡El Señor ha resucitado entre nosotros!”
Esta
verdad, prosiguió el Santo Padre, “marcó de forma indeleble la vida de los
Apóstoles que, después de la Resurrección, sintieron de nuevo la necesidad de
seguir a su Maestro y, tras recibir al Espíritu Santo, fueron sin miedo a
anunciar a todos lo que habían visto con sus ojos, algo que también habían
experimentado personalmente”.
“En
este Año Jubilar estamos llamados a redescubrir y a acoger con especial
intensidad el consolador anuncio de la Resurrección: ‘¡Cristo, mi esperanza ha
resucitado!’”
Francisco
resaltó luego que “si Cristo ha resucitado, podemos mirar con ojos y corazón
nuevos todos los eventos de nuestra vida, también los más negativos. Los
momentos de oscuridad, de fracaso y también de pecado pueden transformase y
anunciar un camino nuevo. Cuando hemos tocado fondo con nuestra miseria y
nuestra debilidad, Cristo resucitado nos da la fuerza para volvernos a
levantar. ¡Si nos encomendamos a Él, su gracia nos salva!”
“El
Señor Crucificado y resucitado es la revelación plena de la misericordia,
presente y activa en la historia. He aquí el mensaje pascual, que resuena aún
hoy y que resonará durante todo el tiempo de Pentecostés”.
Santa
María, dijo, se mantuvo siempre de pie, con fe y esperanza ante la cruz. Por
eso podemos pedirle a ella “que nos ayude también a nosotros a acoger
plenamente el anuncio pascual de la Resurrección, para encarnarlo concretamente
en nuestra vida cotidiana”.
Para
concluir, el Papa Francisco exhortó a “que la Virgen María nos dé la certeza de
fe, para que cada sufrido paso de nuestro camino, iluminado por la luz de la
Pascua, sea bendición y alegría para nosotros y para los demás, en especial
para los que sufren a causa del egoísmo y la indiferencia”.
Fuente:
aciprensa
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