Tiene que ver en parte con los antiguos reinos
judíos...
A la
Santísima Virgen María se la llama repetidamente en la Iglesia católica “Reina”
ya menudo, “Reina del Cielo y de la Tierra”. ¿Por qué?
En primer lugar, el Catecismo afirma que “la Virgen
Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el
curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del
cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más
plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la
muerte” (CCC 966).
Así María es reconocida como Reina del cielo y la
tierra, y un día de fiesta el 22 de agosto está dedicado a su realeza.
Más allá de eso, sin embargo, María es llamada
reina debido a una antigua tradición que se remonta a la época del rey David.
Según el teólogo Colin B. Donovan, “en la monarquía del Antiguo Testamento la
Reina del Reino de David era la Reina Madre. Los reyes, por razones de estado y
de debilidad humana, tenían muchas esposas, ninguna de las cuales podía
llamarse reina. Ese honor estaba reservado a la madre del rey, cuya autoridad superaba
con creces a las muchas “reinas” casadas con el rey. Vemos que este es el papel
que Betsabé jugó respecto al Rey Salomón y las ocasiones en que la Reina
Madre actuó como regente en nombre de los sucesores juveniles al trono “.
Hay referencias a la reina madre en el Antiguo
Testamento, por ejemplo en el Segundo Libro de Reyes, “Entonces el rey Joaquín,
junto con sus consejeros, nobles y oficiales, y la reina madre, se rindieron a
los babilonios” (2 Reyes 24,12).
La reina madre en el Reino Davídico, oía las
súplicas del pueblo y las llevaba al rey para su consideración.
¿No es esto exactamente lo que hace la Virgen
María, como Reina del Cielo y de la Tierra?
Por estas razones, la Iglesia siempre ha visto a
María como una reina sentada junto a su Hijo en el Cielo. A lo largo de los
siglos, el arte cristiano ha destacado esta creencia poniendo una corona
en su cabeza tanto en la iconografía oriental como en el arte occidental
tradicional.
También se desarrolló durante años la tradición
de coronar a María con una corona de flores durante el mes de mayo. Esto a
menudo lo hacen los que reciben la Primer Comunión en muchas parroquias, y se
rinden honores a María ese mes como a nuestra querida Madre y Reina.
El Regina Caeli (Reina del cielo)
es una oración tradicional que la Iglesia reza especialmente durante el tiempo
pascual. Aquí, el bonito texto del Regina Caeli, que llama al reino
de María y pide su poderosa intercesión:
V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya.
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya.
R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente;
aleluya.
Oración
Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
Fuente: htpp://es.aleteia.org
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