“Haced lo que El os
diga” Juan 2,5.
Queridos amigos y hermanos, María Madre de las Misiones, intercede por
nosotros haciendo florecer nuestra misión, para salir animados al
encuentro del hermano, familiar, amigo y de quien aún no conocemos.
La compañía maternal de la Virgen María, nos anima a:
1°. Vencer el desánimo, ser obedientes y humildes para hacer la voluntad
de Dios. Recordemos cuando María dijo: «Hágase en mí según tu palabra» y
después salió sin miedo, con disposición y generosidad para ayudar a su
prima Santa Isabel. Si
Dios está con nosotros, nada temeremos para salir con más alegría y prontitud
al encuentro de nuestros hermanos.
2°. Ser agradecidos: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra
mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su
esclava...”; cuando nuestro testimonio es alegre y agradecido por la obra de
Dios en nosotros, los frutos de la misión se extienden ¡Denle las gracias
a Yahveh, vitoreen su Nombre, publiquen entre los pueblos sus hazañas y
celébrenlo, pues su Nombre es sublime! (Isaías 12:4). Den gracias al Señor, su
nombre invoquen, entre los pueblos anuncien sus hazañas! (Salmo 105:1-3).
3°. Estar en comunión con Dios. María es maestra de comunión con Dios,
es hija del Padre, madre del Hijo y esposa del Espíritu Santo; de igual manera
si nos mantenemos en comunión con Dios por la oración y los sacramentos, al
salir al encuentro con nuestro hermano, seremos capacitados y guiados por el
Espíritu Santo, sostenidos por el Padre, y sellados con la sangre del
Cordero de Dios, además recibiremos el amor y enseñanza en la experiencia. Lee
Hechos 1:8.
4°. Realizar todo por amor y con amor, para glorificar al Padre.
En Juan 15: 8 dice: «Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho
fruto y muestran así que son mis discípulos. En esto es glorificado
mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”.
Dios nos está llamando a la misión permanente, el Papa Francisco ha expresado:
«cuando el Señor nos llama, no piensa en lo que somos, en lo que éramos,
en lo que hemos hecho o dejado de hacer, al contrario, el Señor en el momento
que nos llama, está mirando todo lo que podemos dar y todo el amor del que
somos capaces de contagiar”.
San José, patrono de la Arquidiócesis, también intercede por nosotros para
que los frutos de este plan pastoral sean abundantes;
él nos enseña la obediencia y el caminar sin rendirse para alcanzar
las metas; recordemos que caminó de Nazaret a Belén, de Belén a Egipto y de
Egipto a Nazaret, obedeciendo a Dios para salvar al Niño Jesús.
Coordinadora Apostolado María Madre nos reconcilia con Cristo
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