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Las Dominicas del Monasterio de los Ángeles

El Convento de las Dominicas se encuentra en Hollywood.

Hollywood es el centro mundial de la industria del cine. El dinero, la fama y el poder conviven en este distrito de Los Ángeles, donde la droga y la sexualidad desenfrenada tampoco son un elemento extraño. Y en medio de este lugar tan representativo para el mundo se encuentran unas monjitas de clausura, las dominicas del Monasterio de los Ángeles.

Como buenas discípulas de Santo Domingo, estas religiosas tienen en el Rosario una de sus armas más potentes, y no dudan en utilizarlo públicamente para pedir la intercesión de la Virgen en Hollywood, cuya industria cinematográfica influye de manera determinante en decenas de millones de personas

“En cualquier lugar menos en Hollywood”

En un reportaje que publica Angelus News, sor Mary Gabriel, la fundadora de este convento, solía decir cuando la orden buscaba un nuevo lugar en Estados Unidos para instalar una nueva comunidad: “En cualquier lugar menos en Hollywood”.

Sin embargo, el Espíritu Santo tenía otros planes, y ahora estas dominicas consideran “perfecto” la ubicación del convento pese a que ahora está rodeado de tiendas y de clubs de striptease. O quizás por ello era necesario. Por ello, estas religiosas no se amilanan y rezan a la Virgen por la conversón de Hollywood, Los Ángeles, Estados Unidos y el mundo entero.

Para dar testimonio en medio de este mundo, las dominicas realizan procesiones por las calles de este distrito angelino. En ellas rezan el Rosario en público. Así lo llevan haciendo durante décadas e igualmente a principios de este mes de octubre en honor de la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, que marca para ellas el inicio del mes del Rosario.

Esta oración mariana tiene una especial significación para la orden dominica pues fue el español Santo Domingo el que extendió su rezo por Europa.

El Rosario, “fundamental” para estas monjas

Además de estas procesiones, la comunidad religiosa agrega que “el Rosario es fundamental” en su vocación, y por ello cada día a las cuatro de la tarde lo rezan para pedir a María por las intenciones que les hayan llegado al convento.

Desde que se instalasen aquí en 1924, por el convento han pasado distintas personalidades del cine como Bob Hope, actor de Morena y Peligrosa y The Big Broadcast of 1938, o Debby Reynolds, protagonista del musical Cantando bajo la lluvia.

El Padre Peyton, el apóstol del Rosario, visitaba frecuentemente este convento.

Un asiduo a este convento fue el padre Patrick Peyton, sacerdote que está en estos momentos en proceso de beatificación, y que fue un verdadero apóstol del Rosario.

Cientos de miles de familias empezaron o fortalecieron aún más el rezo del Rosario gracias a su incesante labor por todo el mundo. La hermana Mary St. Pious, que lleva entre estos muros desde 1952, recuerda las visitas de este religioso y como también en este convento pronunció su frase más célebre: “La familia que reza unida permanece unida”.

El padre Peyton fue uno de los pioneros de la evangelización a través de los medios de comunicación, hablando a través de la radio, el cine y la televisión alentando a los católicos a orar por la intercesión de la Virgen María a través del Rosario. Este celo le valió el sobrenombre de “el sacerdote del Rosario”.

Su lucha contra el mal

Las dominicas de Hollywood mantienen esta influencia recibida por el padre Peyton y ayudan a las parejas que están pasando por dificultades en su matrimonio a rezar juntos el Rosario. En estos años han visto numerosos casos de parejas que han hallado la paz y calma después de comenzar a rezar juntos y a diario la oración mariana.

Pero además, las dominicas de Hollywood son conocidas por otra potentísima arma para contrarrestar el influjo del mal en esta zona. El convento tiene Adoración Perpetua, y las religiosas son conocidas en la zona por su profunda devoción a la Eucaristía.

Un grupo de laicos se reúne con las monjas en la capilla en la que se encuentra expuesto el Santísimo Sacramento. A través de las rejillas que las separan del exterior, recitan las cuentas del Rosario ante Cristo Eucaristía rezando por Hollywood y por todo el mundo.

Por: Javier Lozano / Cari Filii | Fuente: Religión en Libertad 

Misionera, Sierva de María.


“Mundos que cambian, gracias a ti, misionera”

El 15 de octubre de 2018 falleció en La Habana, Cuba, una Sierva de María Ministra de los Enfermos española, de 91 años de edad y 64 como misionera. Su vida transformada transformó otras vidas, cambió el mundo, con esa santidad sencilla que encanta y convence, en palabras del Papa Francisco, “la santidad de la puerta de al lado, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios” (Gaudete et Exsultate, 7).

Su nombre es Rufina Vicente Moralejo, natural de Fuentespreadas, Zamora. En 1956, cuando los viajes eran de ida pero no de vuelta, se embarcó hacia La Habana, con lo mejor del alma castellana en el corazón y profundos anhelos de entregarse a la tarea de evangelizar según el carisma-misión del Instituto. Así lo hizo siempre, incluso durante los años sesenta cuando la historia dio un giro hacia la incertidumbre, la escasez, el silencio. 
Quedó junto a un reducido grupo de catorce Hermanas, todas españolas, en nuestra casa del Vedado, custodiando el espíritu de Santa María Soledad y recreándolo a pesar de los vientos recios. En la isla contábamos con siete comunidades y casi doscientas Siervas de María, quienes en un abrir y cerrar de ojos tuvieron que ir, con dolor pero con el mismo ardor misionero, a transformar otros mundos.

Dicen los testigos de entonces que cuando escaseaban los signos religiosos y abundaba la confusión por las calles de La Habana, el andar de las Hermanas hacia los hospitales o las casas de los enfermos y sus lucecitas encendidas en medio de la noche, se convirtieron en anuncio convincente de que Dios no había muerto.

A estos misioneros les debemos la transmisión de la fe, del carisma, de la gracia del seguimiento de Cristo. Nuestras generaciones adultas y jóvenes vieron la luz en una sociedad oficialmente atea pero en la que nunca se apagó la sed de Dios, gracias a las semillas que discretamente algunos se empeñaron en esparcir. Muchos de nuestros padres nos dieron una fe sin Iglesia, limitada a las oraciones de la noche frente a las imágenes “disimuladas” del Sagrado Corazón y de la Virgen de la Caridad. Los misioneros junto a los nuestros que optaron por permanecer, nos dieron y nos dan una fe impregnada de Espíritu, de Evangelio, de amor a la Iglesia, de compromiso con el pueblo.

Con todos tenemos una deuda impagable, aún vivimos de sus frutos y ojalá los nuestros tengan un tercio del sabor de los suyos. Por Sor Rufina y por cuantos como ella convierten sus existencias en luz y misión celebramos el DOMUND. Gracias por darnos lo mejor, haciéndonos comprender que ser discípulos misioneros “No es dar sino darse. No es hablar sino hablarse. No es hacer sino hacerse” (Leo Ramos, misionero en Zimbabue).

Por: Sor Indira, S. de M. | Fuente: Catholic.Net


Nueve pruebas de que la Sma. Virgen no tuvo más hijos que N.S Jesucristo


La mayor parte de los grupos no católicos atacan mucho a la Virgen María principalmente negando su perpetua virginidad; esto es, aunque aceptan su virginidad antes del parto, niegan su virginidad en el parto y después del parto, señalando especialmente que nuestra Señora tuvo más hijos aparte de Jesús. Varios de los textos bíblicos que ellos utilizan para tener estas ideas son Mt 13,46-47 y Mc 3,31 donde se dice “Tus hermanos” o donde, según la interpretación no católica, hasta vienen los nombres de los hermanos carnales de Jesús: “José, Santiago, Judas y Simón” (Mt 13,56; Mc 6,3).

Ante esto, vamos a señalar nueve pruebas por las cuales los católicos decimos que María es siempre virgen. Ojalá que después de estas nueve pruebas no me digan como un pastor pentecostal: “¿Y para que me sirve la virginidad de María?” La respuesta sería: “¿Y para que te sirve hablar mal de ella?” ¡Ten cuidado! El diablo es el padre de la mentira. No sea que en vez de servir a Dios estés sirviendo al diablo con tus mentiras.

Aquí están, pues, las nueve pruebas de la virginidad de María:

1.- En la Biblia, la palabra hermano tiene distintos significados: tío, sobrino, paisano, esposo, etc. Por ejemplo, en Gn 13,8 vemos que Abraham dice a Lot que son “hermanos”, pero en Gn 11,27 y Gn 12, 5 se ve claramente que Abraham es tío de Lot; son, por tanto, tío y sobrino, sin embargo se dicen “hermanos”. Por lo tanto, no podemos tomar la palabra “hermano” en la Biblia pensando que se refiere siempre a los “hermanos carnales”. Por lo demás, hay varios modismos utilizados por el pueblo de Dios para referirse a los hermanos carnales, como puede verse en Cantar de los Cantares 1, 6, donde la Sulamita dice emotivamente: “No se fijen en que estoy morena, el sol fue el que me tostó. Los hijos de mi madre, enojados contra mí, me pusieron a cuidar las viñas”. En el Salmo 50, 20, el escritor sagrado utiliza las dos expresiones: “hermano”, cuyo significado es más amplio y “hijo de tu madre”, que es más específico: “Si te sientas, hablas mal de tu hermano, deshonras al hijo de tu madre”.

2.- De los famosos hermanos de Jesús mencionados en Mc 6,3 que son José, Santiago, Judas y Simón; vamos a ver si su padre es José y si María es su madre. Por ejemplo, con relación a Santiago, en Mt 10,3 vemos que su padre es Alfeo=Cleofás. Entonces no es hijo de San José.
Sobre la madre de Santiago y José vemos en la Biblia que se trata de una mujer llamada María (Mt 27,56; Mc 15,40) pero la misma Biblia aclara que es distinta a la madre de Jesús: “Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María esposa de Cleofás y la madre de los hijos de Zebedeo” (Jn 19,25); por lo tanto, lo más seguro es que la madre de los “hermanos de Jesús” sea pariente (prima) de la Virgen María y los así llamados “hermanos de Jesús” sean, en realidad, parientes (primos) de Jesús.

3.- Si María tenía más hijos, ¿por qué Jesús se la encarga a un extraño (Jn 19,25-27)? La verdad es que la virgen María no tenía más hijos, por eso Jesús, para que su madre no se quedara sola, la entrega al discípulo amado.

4.- En Lc 2,41ss vemos que se habla de la familia de Nazaret: Jesús, María y José; aquí no se habla de otros hijos, por lo tanto no los hay.

5.- En Mc 6 se dice “el hijo de María” no “uno de los hijos de María”; siempre es singular la relación de Jesús con María.

6.- En el esquema bíblico, cada vez que Dios anuncia mediante un ángel a una mujer que concebirá y dará a luz “un hijo”, sólo tiene uno. Por ejemplo: Dios anuncia a Abraham que su mujer, Sara, dará a luz un hijo; pues bien, Isaac es el hijo único concebido y dado a luz por Sara. También pasa lo mismo con la madre de Sansón (Jue 13,3). Otro caso es la esposa de Zacarías (santa Isabel), la cual sólo tuvo un hijo: san Juan Bautista (Lc 1,3). En el caso de María, también se le profetiza que “dará a luz un hijo”; entonces sólo dio luz un hijo, por lo que tampoco en el caso de la santísima Virgen María se rompe el esquema bíblico.

7.- La profecía de Isaías 7,14 dice que “la Virgen concebirá”. La manera en que la gente reconocerá que Jesús es el mesías, es mediante su madre. Si la madre de Jesús tiene más hijos y por lo tanto no es virgen, la señal se pierde. Puesto que los apóstoles reconocieron que Jesús es el mesías y conocían a su madre, podemos concluir en lo que la Iglesia siempre ha creído: la perpetua virginidad de María.

8.- La Biblia dice: “hermanos de Jesús” no dice “hijos de María”. No hay ningún texto en la Biblia que diga “hermanos de Jesús, hijos de María”. Revise la prueba número 1.

9.- Durante los primeros cuatro siglos en la historia de nuestra Iglesia, nadie formuló la idea de que los “hermanos de Jesús” eran sus hermanos carnales. El primero fue Elvidio, hacia el año 380 d. C., y san Jerónimo le respondió rápidamente con el texto “Adversus Helvidium”, sobre la perpetua virginidad de María.


Fuente: www.catolicidad.com

Las Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret



Las monjas que cuidaron del pequeño Karol Wojtyla llegan a España con su primera fundación.

Frente a la escasez de vocaciones y el cierre de numerosos conventos en España, los obispos están abriendo nuevas comunidades provenientes de otros países a sabiendas de la importancia de la vida contemplativa para las diócesis.

Este fin de semana llegaban a Valencia las Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, llegadas de Colombia, y también lo hacían en la diócesis de Segorbe-Castellón las Hermanas de la Sagrada Familia, otra orden proveniente de Polonia.

Fruto de la "providencia"

Las religiosas de la Sagrada Familia de Nazaret han abierto su primera casa en un país de habla hispana, y lo han hecho en la Diócesis de Segorbe-Castellón. En la tarde de la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús, se celebraba una Misa de bienvenida en la iglesia parroquial de Benicasim, y el obispo Casimiro López Llorente las recibía asegurando que son “fruto de la Providencia y la Misericordia de Dios”.

Según recoge la web del obispado, la Diócesis buscaba dar uso al convento que habían ocupado hasta hace unos años las Hermanas de Cristo Sacerdote, cuando hace un año el párroco de Santo Tomás de Benicasim y Delegado diocesano de Familia y Vida, Luis Oliver, coincidió con la superiora general de las  religiosas de la Sagrada Familia, madre Hanna Zawieja, en la Congregación romana para la familia. En febrero de este año hubo el primer contacto con monseñor López Llorente, y este primer día de octubre se ha firmado el convenio.

La comunidad que funda en la Diócesis está constituida por cuatro religiosas. “Será muy conveniente y necesario que proclaméis con vuestra forma de vida que el Amor de Dios está en el centro del matrimonio y de la familia. Recuperar esta dimensión nos urge para anunciar la Buena Noticia del matrimonio y la familia”, recomendaba el Obispo refiriéndose al carisma de la congregación de la Sagrada Familia que anuncia el Reino de Dios a la familia.

“Y tengo otro deseo – añadía Mons. López Llorente – , que seáis como un despertar de las vocaciones a la vida consagrada entre nosotros por vuestra forma de ser y de estar”. Entre los numerosos fieles reunidos en la iglesia, estaban representados los carmelitas del Desierto, los Padres Blancos y la hermana Fina Gómez, presidenta diocesana de la Confederación de Religiosos (Confer). El Obispo también ha remarcado la dimensión eucarística de la congregación, y adelantaba que en la iglesia del convento se expondrá el Santísimo para que lo fieles puedan orar. Un guiño en este año pastoral centrado particularmente en la Eucaristía.

Tras la celebración litúrgica, el obispo y la madre Hanna Zawieja han firmado el convenio de acogida de la congregación en la Diócesis. Para concluir, la superiora general ha querido agradecer al Obispo, los presbíteros presentes – entre los que estaban el Vicario General, Javier Aparici, y arcipreste de la Costa, Albert Arrufat – y fieles la acogida dispensada.

La religiosa ha insistido en que la fundación es “por la Providencia de Dios”: “Desde un punto de vista humano tendríamos miedo de venir por la tentación de que no hay suficientes hermanas para la misión. Pero aunque solo tengamos cinco panes, todo es posible si están en las manos de Jesús. Señor Obispo, solo tengo cuatro hermanas de momento, pero creo que ahora serán suficientes”. Las 1.200 religiosas de la Sagrada Familia presentes en 14 países del mundo estaban rezando por este evento. Las hermanas Catarina, Michalina, Karoline y Paula estarán bien sostenidas.

Relación con San Juan Pablo II

Las religiosas de la Sagrada Familia de Nazaret han tenido una estrecha relación con San Juan Pablo II. Cuando era niño, Karol Wojtyla fue a una guardería regentada por las hermanas en Wadowice. Como joven sacerdote, comenzó sus encuentros con jóvenes en la lavandería del convento en Cracovia, y una vez consagrado obispo les confió el cuidado de la primera casa cuna en los años 70. Fue él mismo como Papa quien declaró beata a la fundadora en 1989.

Fuente: www.catholic.net

¿Por qué debemos confesarnos antes de comulgar?


Jesucristo no comenzó su predicación diciendo “quédense como están porque yo los acepto así”, sino: “convertíos y creed en el Evangelio”.

Pregunta:
Padre. Si Dios nos ama a todos y nos acepta tal y como somos. ¿por qué para tomar la sagrada Hostia se supone que debemos estar sin pecado alguno?. Todos los días pecamos, y Dios es un ser misericordioso que se alegra cuando sus ovejas regresan. No creo que Dios te rechace por esto. ¡Explíqueme!

Respuesta:
El Catecismo (n. 1384) nos recuerda que ‘El Señor nos dirige una invitación urgente a recibirle en el sacramento de la Eucaristía: ‘En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros’ (Jn 6, 53)’.

Pero también nos dice a continuación (n. 1385): ‘Para responder a esta invitación, debemos prepararnos para este momento tan grande y santo. San Pablo exhorta a un examen de conciencia: ‘Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma entonces del pan y beba del cáliz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo’ (1 Co 11, 27-29). Quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar’.

Usted dice que Dios nos ama a todos, y en esto tiene razón. Pero añade a continuación ‘y nos acepta tal y como somos’, y en esto se equivoca. Dios nos quiere santos. Jesucristo no comenzó su predicación diciendo ‘quédense como están porque yo los acepto así’, sino: ‘convertíos y creed en el Evangelio’. Y dio su vida por nosotros en la Cruz para que cambiásemos de vida. Si Dios nos quiere a todos tal como somos, debemos respetar a los ladrones y a los homicidas porque Dios los quiere tal como son, ¿quiénes somos nosotros para obligarlos a cambiar o para meterlos en la cárcel?

San Pablo mismo dice (y está citado en el texto del Catecismo) que quien come el Cuerpo o la Sangre de Cristo ‘indignamente’ será reo y come y bebe su propio castigo.

Por esta razón añade el Catecismo (n. 1386): ‘Ante la grandeza de este sacramento, el fiel sólo puede repetir humildemente y con fe ardiente las palabras del Centurión: ‘Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme’. En la Liturgia de san Juan Crisóstomo, los fieles oran con el mismo espíritu: A tomar parte en tu cena sacramental invítame hoy, Hijo de Dios: no revelaré a tus enemigos el misterio, no te daré el beso de Judas; antes como el ladrón te reconozco y te suplico: ¡Acuérdate de mí, Señor en tu reino!’.


Por: P. Miguel A. Fuentes, IVE | Fuente: TeologoResponde.org 

La santidad es para todos


El llamado

"Para gloria de mi Padre es que deben dar mucho fruto, para luego ser mis discípulos" (Jn. 15:8)

La santidad de vida no es un privilegio de unos cuantos escogidos -es una obligación- es el llamado de Dios y su voluntad para cada cristiano.

No podemos poner una barrera de excusas a la realidad que nos muestra claramente que "nuestra santificación es la Voluntad de Dios" (1 Tes 4,3). Hemos sido creados por Dios con el expreso propósito de irradiar a Su Hijo, Jesús, con nuestro modo único y particular. Le damos gloria al escoger ser lo que Su Sapiencia nos pide ser.

Un cristiano debe ser un "signo de contradicción" -una luz en la cima de una montaña- una antorcha en medio del mundo. Su vida entera es un silente reproche para los pecadores, una luz de esperanza para los oprimidos, un rayo de sol para los que están tristes, una fuente de valor para los desposeídos y un signo visible de la realidad invisible de la gracia.

Los santos son personas ordinarias, que aman a Jesús, intentan ser como Él, son fieles a los deberes propios de su estado de vida, se sacrifican por su prójimo y mantienen sus mentes y sus corazones alejados del mundo.

Viven en el mundo, pero se elevan sobre sus estándares mediocres. Disfrutan de la vida porque vivirla es un reto, no una penitencia. Podrían no entender la razón de la cruz, pero la fe les da una capacidad especial para hallar la esperanza en ella. Entienden que deben seguir las huellas del maestro y que todo lo que les sucede está orientado a lograr su bien.

Los santos son personas comunes y corrientes, que hacen lo que hacen por amor a Jesús, - dicen lo que deben decir sin tener miedo - que aman al prójimo incluso cuando éste los rechaza; y viven sin arrepentirse del ayer y sin temor por el mañana.

Nadie está exento del llamado a la santidad. Hombres, mujeres y niños han subido la escalera de la vida y han alcanzado altos grados de santidad. Estos santos cristianos pueden encontrarse en todos los estados de vida existentes.

Tenemos por ejemplo a Tarcisio, de nueve años, quien defendió la Eucaristía con su vida. María Goretti, de once años, que defendió su virginidad y fue apuñalada una y otra vez por quien la atacó. Su santidad brilló intensamente cuando perdonó a quien la intentó violar y asesinó, además de orar por su conversión
María de Egipto era una prostituta a la edad de 16 años. Se unió a un grupo de peregrinos que se dirigía a Tierra Santa en un esfuerzo por cambiar. Cuando llegó a la Iglesia, una fuerza invisible le impidió entrar. Aterrada por la experiencia, vio una estatua de María y se dio cuenta de la enormidad de sus pecados. Se decidió a cambiar de vida y a nunca más ofender a Dios. Cuarenta años más tarde, murió, totalmente renovada por su santidad de vida.

Matt Talbot fue un alcohólico sin esperanzas el mayor tiempo de su vida. El desdén de sus amigos, al verse delante de ellos temblando al pedir un trago, despertó su alma y vio su situación apremiante. Cambió su vida y dirigió todas sus energías hacia Jesús y a buscar la vida eterna.

Los santos del pasado eran seres humanos con fragilidades. San Jerónimo tenía un violento temperamento y luchó contra esa debilidad toda su vida. Dimas era un ladrón que terminó su vida con un acto de amor y de arrepentimiento y tuvo el privilegio de recibir la promesa del paraíso de parte del mismo Jesús. Carlos de Foucald y Francisco de Asís eran "playboys" que finalmente se rindieron a las fuerzas del Cielo.

Cada santo se esforzó y luchó contra sus debilidades toda su vida y adquirió los hábitos de la virtud, nunca perdió de vista los extremos más recónditos de su debilidad. Cada uno conquistó la santidad mediante la vigilancia continua de sí mismo, conscientes de lo que eran y conscientes de lo que podían llegar a ser. Esta manera de proceder y la conciencia clara de la propia tendencia al mal, los lanzó a los brazos de Dios. Dependían de Él para todo y le daban el crédito por cada pequeña cosa buena que sucedía en sus vidas.

Los hombres no nacen santos ni con privilegios o dones especiales. Luchan contra el mundo, el demonio y la carne; y a medida que van venciendo, el Espíritu de Jesús brilla en ellos cada vez con más claridad.

Algunas veces confundimos la misión particular de cada uno con su santidad. Si la compasión debiera irradiarse a través de alguien, entonces ese alguien debería recibir el poder de curar para manifestar el poder de Dios. Pero el carisma no es parte de la santidad, es simplemente el punto de partida, un don que debe ser transmitido a otros. Es el don de Dios para el santo de modo que se beneficie todo el pueblo de Dios. Es posible poseer el carisma y no ser santo. Un ejemplo claro de esto lo podemos ver en Judas. Pasó tres años con Jesús y tenía el poder para sanar, podía predicar y enviar a otros a hacerlo, pero no crecía en su vida de santidad. Sus debilidades se agravaron porque vio el poder dado por Jesús como un regalo que era una carga pesada y que le brindaba pocos beneficios personales.

No podemos escondernos usando la cómoda excusa que nos "declara" como no escogidos -o que no tenemos cualidades especiales. Si somos cristianos hemos sido elegidos. Si hemos sido elegidos, entonces esas cualidades deben desplegarse en el grado de santidad al que Dios nos llama, deben desplegarse a medida que crecemos en él.

Una pequeña bellota no tiene idea del imponente roble que llegará a ser, pero a pesar de eso, toda la estructura necesaria para producir un árbol gigante está contenida en esa pequeña semilla. El tiempo, la lluvia, el sol, el frío y las tormentas harán brotar la belleza escondida, la altura espectacular y el tronco fuerte que dará sombra y alegrará el corazón del hombre.

Jesús nos ha comparado con una semilla sembrada en la tierra de Su gracia. Ha descrito cómo algunos de nosotros respondemos a Él con nuestros esfuerzos por crecer y a pesar de los obstáculos que nos lo impiden.

Antes de ver cómo podemos ser santos, sería bueno mencionar las razones que da Jesús por las cuales no llegamos a serlo. Necesitamos entender claramente cuáles son las excusas que ponemos y nuestras propias objeciones.
 
Fuente:www.ewtn.com