Él tuvo
una convivencia muy familiar con su ángel de la guarda
No nos faltan explicitaciones
profundas, objetivas y claras dadas por la Santa Iglesia sobre los Ángeles de
la Guarda y cuánto debemos recurrir a ellos . Definiciones
teológicas, enseñanzas de los Padres y doctores de la Iglesia, como Santo Tomás
de Aquino, sobre estos nuestros guardianes, constituyen un tesoro magnífico de
la Doctrina Católica.
Tal es la importancia de los ángeles
custodios que en 1608 el Papa Pablo V instituyó la fiesta de los Santos Ángeles
de la Guarda, con vistas especialmente a estimular la devoción de los miembros
de la Iglesia a ellos. A partir de 1670, el Papa Clemente X fijó la fiesta
obligatoria el día 2 de octubre.
Entretanto, estos tan excelentes amigos
nos son, a veces, olvidados. ¡Cuanto mejor sería nuestra existencia, repleta de
paz y ánimo para enfrentar las dificultades inherentes al ser humano, concebido
en el pecado original, si tuviésemos mayor familiaridad con nuestro
ángel de la guarda y a él recurriésemos!
Ahora, justamente los santos
comprendieron bien el papel de estos espíritus puros, creados
por Dios para protegernos. Conforme comenta Mons. João Clá Dias, comprendieron
esta realidad de que "las criaturas están siempre conjugadas unas con las
otras". ¹ Y argumenta: "No era posible que fuese creado el mundo
angélico enteramente separado del mundo humano. Tanto más que cada niño, al
nacer, recibe un Ángel de la Guarda".²
San Pío de Pietrelcina
Entre estos Santos, uno especialmente
vivió esta realidad más elevada y fue agraciado con una convivencia muy
familiar con su ángel de la guarda fue San Pío de Pietrelcina.
Numerosos son los hechos de una
convivencia frecuente con el Ángel de la Guarda relatados en la vida de San Pío
- favorecido, además, de muchos dones místicos, entre los cuales, el de tener
las llagas de la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo.
Es uno de ellos el siguiente: "Un
señor, de nombre Franco Rissone, sabiendo del constante empeño de San Pío para
que hubiese mayor devoción a los Celestes Custodios, todas las noches, del
hotel donde estaba hospedado, enviara su Ángel de la Guarda al Padre Pío para
que le transmitiese los mensajes deseados. Franco dudaba que el santo oyese sus
recados.
Cierto día, al confesarse con San Pío,
preguntó: ‘¿Vuestro Reverendísimo oye realmente lo que le mando decir por el
Ángel de la Guarda?' A lo que el religioso respondió: ‘¿Pero entonces juzgas
que estoy sordo?'. [...]
"Todavía más elocuente es el hecho
ocurrido con otra señora, llamada Banetti, campesina que residía a algunos
kilómetros de la ciudad de Turín, en Italia. El día 20 de septiembre, fecha en
que se conmemoraba la recepción de los estigmas del Padre Pío, era costumbre
que las personas más devotadas al santo confesor le enviasen cartas de las más
variadas partes de Italia y hasta de otros países."
"La señora Banetti no encontró
quien fuese a la ciudad para poner su carta en el correo. Se encontraba afligida
por no poder enviar sus saludos a San Pío. Se acordó, entretanto, de la
recomendación que le hiciera el santo, en la última vez en que con él
estuviera: ‘Cuando sea preciso, manda tu Ángel de la Guarda a hablar
conmigo". En el mismo instante dirigió una oración a su Celeste Guardador:
‘Oh mi buen Ángel, llevad vos mismo mis saludos al Padre, pues no tengo otra
forma de mandarlos'."
"Pocos días después, la señora
Banetti recibe una carta venida de San Giovanni Rotondo, lugar donde vivía San
Pío, enviada por la señora Rosine Placentino, con las siguientes palabras: ‘El
Padre me pide que le agradezca en su nombre los votos espirituales que le
enviaste'." ³
Esta relación tan próxima que vemos
entre San Pío y su Ángel de la Guarda es ideal para estimularnos a tener una
convivencia continua y creciente, cada cual, con su ángel protector. Es para
esta convivencia que rezamos la tan conocida oración:
"Ángel de la Guarda, mi dulce
compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que me pongas en paz y
alegría, con todos los santos Jesús, José, y María".
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¹ Mons João Scognamiglio Clá Dias. Homilia. São Paulo, 29 set. 2009.
(Arquivo ITTA-IFTA). In Pe. Pedro Rafael Morazzani Arráiz (Org.).A criação e os
Anjos. São Paulo: Instituto Lumen Sapientiae, 2015, p. 110.
² Mons. João Sconamiglio Clá Dias. Idem, p. 110.
³ Pe. Pedro Rafael Morazzani Arráiz (Org.). A criação e os Anjos. São Paulo: Instituto Lumen Sapientiae, 2015, p. 139.
² Mons. João Sconamiglio Clá Dias. Idem, p. 110.
³ Pe. Pedro Rafael Morazzani Arráiz (Org.). A criação e os Anjos. São Paulo: Instituto Lumen Sapientiae, 2015, p. 139.
Por: Adilson Costa da Costa | Fuente: GaudiumPress.org