La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y
amarla más
Mayo es el mes de las flores, de
la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la
recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que
todos recuerdan a su mamá (el famoso 10 de Mayo) y las flores son el regalo más
frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.
Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.
¿Qué se acostumbra hacer este mes?
· Ofrecimiento de flores a la Virgen.
Este es el mejor regalo que
podemos hacerle a la Virgen. Regalar flores es una manera que tenemos las
personas para decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le gusta que
le llevemos flores y, también, si se puede, le podemos cantar sus canciones preferidas.
· Reflexionar en los
principales misterios de la vida de María.
Reflexionar implica hacer un
esfuerzo con la mente, la imaginación y, también, con el corazón, para
profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su vida.
Podemos
meditar en cómo María se comportó, por ejemplo, durante:
- La Anunciación
- La Visita a su prima Isabel
- El Nacimiento de Cristo
- La Presentación del Niño Jesús en el templo
- El Niño Jesús perdido y hallado en el templo
- Las Bodas de Caná
- María al pie de la cruz.
- La Visita a su prima Isabel
- El Nacimiento de Cristo
- La Presentación del Niño Jesús en el templo
- El Niño Jesús perdido y hallado en el templo
- Las Bodas de Caná
- María al pie de la cruz.
· Recordar las apariciones
de la Virgen.
En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México (La Guadalupe) la Virgen entrega diversos
mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus
hijos.
· Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen
María que son:
1. Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo
2. Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.
3. Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.
4. Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.
· Recordar y honrar a María como Madre de todos los
hombres.
María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo. María es la Madre de la Iglesia.
María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo. María es la Madre de la Iglesia.
· Reflexionar en las principales virtudes de la
Virgen María.
María era
una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una
mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para
darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era
servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente
con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.
· Vivir una devoción real y verdadera a María.
Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos
suyos. Esto significa:
a. Mirar a
María como a una madre: Platicarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo.
Saber acudir a ella en todo momento.
b. Demostrarle
nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo
del día.
c. Confiar
plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de
María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades.
d. Imitar
sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
· Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María.
La
Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se
acostumbra a rezar a mediodía), el Regina Caeli, la Consagración a María y
el Rosario.
Que nos
ayudan a recordar el inmenso amor de nuestra madre a nosotros, sus hijos
Fuente: www.catholic.net
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