La familia católica se apoya en el espíritu de sacrificio. Porque Cristo nos dio ejemplo sacrificándose por nosotros en la Cruz.
¿Qué
significa ser padre cristiano? ¡Trabajar desde la mañana hasta la noche
por los demás miembros de la familia! ¿Qué significa ser madre
cristiana? ¡Andar atareada de sol a sol por el esposo y los hijos! ¿Qué
significa ser hijo cristiano? ¡Obedecer con respeto y amor a otros, a
los padres; primero, mis padres... y sólo después yo!
En
cambio, ¿Cómo es una familia alejada del espíritu cristiano? Su lema:
«Gozar cuanto se pueda y sacrificarse lo menos posible.» He aquí la
divisa. ¡Sacrificarse! Es cosa de tontos.
Por
esto huye de los hijos la familia moderna; por esto está en boga una
educación blandengue, que no sabe sino mimar, a la cual le falta todo
vigor; de ahí el desmoronamiento de las familias, de ahí la agonía de la
vida familiar.
Mientras
que si los esposos están unidos en Dios, si Cristo es el Rey de la
familia, fácilmente se disfruta de la felicidad de la vida familiar. El
hogar se convierte en un paraíso en la tierra.
(Cristiano en el siglo XX por Monseñor Tihamér Tóth)
Fuente: www.catolicidad.com
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