En 1331, con sólo 8 años
de edad, según la costumbre de la época, Imelda entró al convento. A los 10,
recibió el hábito de monja dominicana. Aunque tenía tan poca edad, era una
monja en todo ejemplar en las actividades de la vida religiosa. Sin embargo,
algo la intrigaba:el hecho de que las personas recibieran la Sagrada Comunión y
continuaran viviendo.
Como Imelda no tenía edad
para comulgar, solía preguntar a las religiosas: "Hermana, la señora
comulgó a Jesús y no murió?". Las monjas respondían asustadas: "¿Qué
es eso, niña, por qué morir?". La pequeña religiosa respondía: "¿Cómo
puede la señora recibir a Jesús en comunión, y no morir de amor y de tanta
felicidad?". Porque sucedió que en la madrugada del 12 de mayo de 1333,
víspera del Domingo de la Ascensión del Señor, Imelda estaba en la Santa Misa y
ya no aguantaba más de tanta voluntad de comulgar. Se preguntaba: "Si
Jesús mandó ir a Él a los niños, ¿por qué no puedo comulgar?". El
sacerdote ya acababa de dar la Sagrada Comunión a las religiosas cuando todos
vieron: una hostia salió del Sagrario y voló por la capilla. Paró sobre la
cabeza de Imelda. El sacerdote, entonces, entendió que era hora de darle la
comunión.
Al recibir la Santísima
Eucaristía, Imelda se colocó en profunda adoración. Después de horas de
oración, la Madre Superiora fue a la monja y le dijo: "Está bien, Sor
Imelda, ya adoró bastante a Jesús, podemos seguir ... Vamos a las otras
actividades del convento". Imelda, sin embargo, permanecía inmóvil.
Después de la insistencia de la Superiora, nada sucedía. Fue entonces que la
Madre cogió amorosamente Imelda por los bracitos y ella cayó sobre ella. Imelda
había muerto en su Primera Comunión. Se cumplió la indagación de la pequeña
gran Imelda: “¿Cómo puede alguien recibir a Jesús en la Sagrada Comunión, y no
morir de felicidad?” ¡A los 11 años, Imelda murió de amor y de felicidad por
haber recibido a Jesús!
El cuerpo de la Beata
Imelda Lambertini se encuentra incorrupto en la Capilla de San Sigismundo, en
Bolonia, Italia.
Fue
beatificada en 1826 por el papa León XII, autorizando su oficio litúrgico y
Misa propia. Fue declarada patrona de los niños de Primera Comunión en 1910 por
el papa Pío X quien, en ese año, decreta que los niños podrían hacer su primera
comunión a una edad menor a la establecida anteriormente.
Cuerpo incorrupto de la Beata Imelda Lambertini
Fuente: www.catolicidad.com
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