El amor verdadero exige que ofrezcamos lo mejor de
nosotros a quien es amado
La
importancia de tener un templo parroquial lleno de belleza
Un un
artículo para la plataforma católica Aleteia, el P. Robert McTeigue, SJ,
sacerdote y autor estadounidense, explicó algunos aspectos de la
importancia de la belleza en los templos católicos y la urgencia de invertir en
el fomento del arte sacro. Como reflexión a los fieles, el presbítero
cuestionó: "¿Usted describiría su templo parroquial como bello?
¿Sobrecogedor? ¿Desearía usted tener más tiempo para explorar sus
tesoros?". A continuación, dedicó algunos párrafos sobre la importancia de
las respuestas a esas preguntas.
"Un
sabio jesuita me dijo: '"La presencia de arte católico en un hogar no
prueba nada pero dice mucho; la ausencia de arte católico en el hogar no prueba
nada pero dice mucho'", recordó el P. McTeigue, quien pidió aplicar este
principio a los templos, añadiendo un concepto adicional: El arte sacro no sólo
"dice" mucho, sino que "hace" mucho. "Las
bellas artes nutren el alma al tiempo que fomentan en nosotros el hambre de
Cielo, donde reside la Belleza misma".
Una de las
causas de las enfermedades del mundo y las heridas de la Iglesia podría ser la
negación de la necesidad de la belleza, afirmó el sacerdote. Citando al
converso Dr. James Patrick, lamentó el abandono de los grandes proyectos de
arquitectura y arte sacros, raramente emprendidos en la actualidad: "Las
grandes Catedrales francesas, tan llenas de belleza e interés, son ahora como
ballenas encalladas en una costa extraña, la fe que las construyó ahora una luz
parpadeante".
Para
resolver un panorama desolador, el P. McTeigue propuso refutar objeciones
frecuentes al fomento del arte sacro en las parroquias.
El primero de ellos es
económico. Cuestionado sobre si el dinero de los templos bellos sería mejor
invertido en los pobres, el sacerdote recordó una perspectiva poco mencionada.
"¿Acaso los pobres no tienen necesidad también de la belleza? ¿Debemos
alimentar sus cuerpos y no sus almas?", cuestionó a su vez. "No
olvidemos que en los Estados Unidos, muchas de las grandes Catedrales fueron
construidas con los centavos de los inmigrantes pobres que deseaban trasladar
las glorias de su herencia Católica de Europa a América".
Además, el
fomento de la belleza no significa necesariamente un aumento del costo material .
"Hay formas de bello ornato disponibles para nuestros templos que cuestan
poco o ningún dinero", indicó el sacerdote. "Un ejemplo es la
música". Si bien la música sacra es interpretada con corales y órganos de
tubos, la tradición católica "tiene un tesoro de música sacra sublime,
fácil de interpretar y que no requiere instrumentos. ¿No podemos adquirir
algunas partituras?". Esto supone un esfuerzo humano por parte de los
músicos, a quienes el P. McTeigue exhortó: "¿Tiene usted certeza moral de
que por amor al prójimo y la mayor gloria de Dios, se ha provisto de la mejor
música sagrada católica?"
"Otra
forma de belleza que todas nuestras parroquias necesitan desesperadamente y que
cuesta nada es la buena predicación", agregó el sacerdote. De igual manera
como preguntó a los músicos, el autor pidió reflexionar profundamente si todas
las homilías que predican "están marcadas por lo Verdadero, lo Bueno y lo
Bello" y si, "por amor al prójimo y la mayor gloria de Dios, usted
invirtió sus mejores esfuerzos, su educación y oración, y su dedicación al
oficio" para lograr el mejor sermón posible. Cuando enseñaba retórica, el
redactor explicaba a sus alumnos que las palabras tenían "sabor" y
que eran más creíbles si su "forma y contenido revelan ser una labor de
amor". De igual manera, la predicación debe ser perceptible como un acto de
adoración a Dios.
¿Le damos lo mejor a
Dios?
Comparando
el Culto Divino con otra ceremonia de carácter civil, el Cambio de Guardia en
la Tumba del Soldado Desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington, el P.
McTeigue invitó a descubrir en la actitud de los soldados una belleza
particular de las acciones. "No puede negarse que algo solemne e
importante está sucediendo", describió el presbítero. "Y no se puede
negar que aquellos responsables del Cambio de Guardia creen que es el evento
más importante de sus vidas. Disciplina, sacrificio, devoción, precisión
humildad y reverencia marcan cada aspecto de la ceremonia".
Trasladando
esta noción a los templos parroquiales, el redactor invitó a reflexionar si los
templos mismos y su contenido (el arte sacro, la música, los muebles, los
vasos), y "especialmente nuestro comportamiento, inspiran admiración
inmediatamente"."¿Podría imaginar que un niño que entre a su
templo por primera vez, mire alrededor con sus ojos maravillados y exclame:
'¡Dios vive aquí!'?, concluyó. "El amor verdadero exige que
ofrezcamos lo mejor de nosotros a quien es amado. ¿Podemos tener una
conversación calmada sobre si estamos ofreciendo lo mejor de nosotros a Dios?
¿Nos atreveremos a hacer un examen de conciencia sobre si le estamos ofreciendo
lo mejor a Dios?".
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