El bautismo es la puerta del encuentro con
Cristo, el fundamento de toda la vida cristiana y la incorporación al pueblo de
Dios, la Iglesia
Todos queremos, como humanos, amar y ser amados. Y
ser cristiano, no significa otra cosa que practicar el mandamiento del amor: “Amaos
los unos a los otros como Yo os he amado”. El amor auténtico nunca ha sido
un mal para nadie.
Que un niño goce del amor de sus padres ya desde la concepción, no es ningún
condicionamiento negativo sobre la libertad y voluntad del niño. Más aún, es lo
más hermoso que un niño puede poseer: el amor y afecto de sus padres.
Qué triste es ver a niños maltratados y rechazados por sus propios padres. ¿Por
qué, pues, será el amor de Dios un mal para el nuevo bautizado? Gozar del amor
de Dios es lo máximo que se puede pedir, y nosotros no tenemos el derecho de
privar a nadie del don de ser amado.
El bautismo es la puerta del encuentro con Cristo, el fundamento de toda la
vida cristiana y la incorporación al pueblo de Dios, la Iglesia. Contiene en
germen toda la acción santificadora de la gracia de Dios, que se irá
desarrollando a lo largo de toda su vida. El hombre que hoy se bautiza como
niño, llegará con la ayuda de la Iglesia, a responder conscientemente a la
gracia que ha recibido. Necesitará de sus padres y de la misma Iglesia, pues
son quienes han proclamado la fe en nombre el niño y se han hecho garantía de
la educación y del desarrollo de su fe.
"Quien no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de
Dios" (Juan 3,5)
Las objeciones contra el Bautismo de los niños proceden de una triple
ignorancia: Ignorancia de los bienes del Bautismo, de la Palabra de Dios y de
la práctica de la Iglesia.
El Bautismo es una gracia Inestimable
El Bautismo nos hace hijos de Dios. Gálatas 4, 5-7
El Bautismo es la fuente de la vida nueva en Cristo. Catecismo de la Iglesia
Católica (CIC) 1253
El Bautismo nos lava el pecado. Hechos 2, 38
El Bautismo nos incorpora a Cristo, Romanos 8, 29. CIC 1272 y a la comunidad de
salvación. CIC1273
El Bautismo nos imprime el "sello del Señor" con que el Espíritu
Santo nos ha marcado para el día de la redención. Efesios 4, 30
Los padres privarían al niño de la gracia inestimable de ser hijo de Dios si no
le administraran el Bautismo.
¿Qué Dice La Biblia?
Jesucristo lo dijo claramente a Nicodemo: "Quien no nace del agua y del
Espíritu no puede entrar en el reino de Dios" Juan 3, 5. Jesucristo no
excluye a nadie, todos necesitan del Bautismo. "Lo nacido de la carne, es
carne, lo nacido del Espíritu, es espíritu". Si un niño no está bautizado
no es nacido del Espíritu.
Lo que Enseña el Antiguo Testamento
Los niños en la Antigua Alianza no esperaban a ser adultos para incorporarse al
pueblo de Dios, sino que eran circuncidados al octavo día. Lee: Hechos 7, 8. El
Bautismo sustituye a la circuncisión, por eso los primeros cristianos
bautizaban a los niños.
La Práctica de la Iglesia
En un inicio, la mayoría de los bautizados eran adultos. No era posible de otra
manera porque era una Iglesia de convertidos. Pero ya desde entonces era
costumbre bautizar "casas" enteras: 1 Corintios 1, 16; Hechos 16, 15.
33. Los miembros de la casa incluían a las mujeres, a los niños y a los
esclavos aunque no se mencione.
El Bautismo era comparado con el Arca de Noé, donde se salvaba la familia
entera: Padres e hijos. 1Pedro 3, 20-21. La salvación era para toda la familia.
San Policarpo que murió en 155 d.C. en el momento de su martirio, cuando se le
pide abjurar de su fe en Cristo, atestigua: "Hace ochenta seis años que le
sirvo", difícilmente podría haber dicho eso si no hubiese sido bautizado
desde niño.
Lo Que Enseña La Iglesia
La advertencia de Cristo en el Evangelio: "Quien no naciere de agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos" (Juan 3,5), debe
entenderse como la invitación de un amor universal e infinito; un llamado a sus
hijos deseando para ellos el mayor bien. Este llamamiento irrevocable y urgente
no puede dejar al hombre en una actitud indiferente o neutral, ya que su
aceptación es para él la condición del cumplimiento de su destino. (Instrucción
soble el Bautismo de los niños #10)
La fe, no es sólo un acto personal, sino también una virtud sobrenatural. Los
niños no son capaces de un acto personal de fe, pero sí pueden tener la fe como
virtud sobrenatural. De la misma manera que "el amor ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espírtu Santo que nos ha sido dado", es decir,
por gracia y no por nuestro propio esfuerzo asi también el Espíritu Santo da la
fe a los que reciben el Bautismo. (La Doctrina de la Fe, Franco Amerio p.445)
Objeciones
1ª. Objeción. La fe es necesaria para el Bautismo, los niños no pueden hacer
un acto de fe, por tanto no pueden ser bautizados.
La Iglesia está de acuerdo: "El Bautismo es el sacramento de la fe".
(CIC 1253). "El que creyere y se bautizare se salvará" (Marcos 16,
16) Por eso "..el Bautismo jamás se ha administrado sin fe: para los niños
se trata de la fe de la Iglesia". (Instrucción sobre el Bautismo de los
Niños No. 18).
Entrar al cine sin boleto es un fraude, pero si otro paga mi boleto, tengo
tanto derecho a entrar como si yo lo hubiera pagado.
Cristo siempre exigió la fe para sanar a los enfermos, pero en el caso de los
niños bastaba la fe de su padre o su madre, como es el caso de la hija de
Jairo, Marcos 5, 36 y de la hija de la sirofenicia, Mateo 15, 28.
Nadie se puede dar la fe a sí mismo. El niño recibe la vida de sus padres, y la
fe de la Iglesia. Es una fe inicial, en semilla, que después debe crecer y
volverse adulta, sin embargo basta para recibir el Bautismo. De esta forma los
niños reciben la fe y con ella la vida eterna como un don gratuito de Dios a
través de la iglesia. Lee: CIC n. 169.
El Bautismo de los niños pone de manifiesto la gratuidad de la salvación.
"Dejad que los niños vengan a mí"
La Sra. Edith era una convencida Bautista, pero sucedió que uno de sus hijos
nació con Síndrome de Down. El pastor se negó a bautizarlo porque el niño
"no podía hacer un acto de fe". Para la Sra. Edith las palabras de
Cristo eran claras: "Quien no nace del agua y del espíritu no puede entrar
en el Reino de Dios". ¿Por qué su hijo iba a estar excluido del Reino de
Dios? Decidió llevar a su hijo a una iglesia donde lo bautizaran y así se
convirtió el niño en hijo de Dios y ella a la fe católica.
2ª. Objeción. Los niños no necesitan Bautismo porque ellos son inocentes y
no tienen pecado.
El que no distingue, confunde. Los niños no tienen pecados personales, pero sí
tienen el pecado original.
San Pablo opone a la universalidad del pecado, la universalidad de la salvación
en Cristo: "Por un sólo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado
la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, pues todos
pecaron..." Romanos 5, 12 Si todos sufren la derrota del pecado, entonces,
todos necesitan el baño que nos lava del pecado: el bautizo.
TODOS SOMOS PECADORES
El Rey David dice en el salmo 50: "Míra, en la culpa nací, pecador me
concibió mi madre..." Si el bebé, desde el seno de su madre, nace con
culpa y es un pecador, quiere decir que también necesita el "Bautismo para
el perdón de los pecados". Lee: Hechos 2, 37. Estudia detenidamente: CIC
n.1250 y 405.
TODOS SOMOS CIEGOS
La historia del ciego de nacimiento (Juan 9) es muy aleccionadora. El ciego
representa al cristiano, porque todos nacemos ciegos a la fe y, por tanto,
todos necesitamos lavarnos en la Piscina del Enviado = el Bautismo de Cristo.
Si los gatitos a los ocho días abren los ojos ¿porqué los niños deben esperar a
ser adultos para abrirlos?
3ª. Objeción. No es bueno imponer a los niños una fe que ellos no han
escogido.
La fe ni es "escogida", ni es "impuesta" sino que es don y
gracia de Dios. Si el Bautismo confiere a los hijos el bien sublime de la
gracia divina, sólo unos padres ignorantes o incrédulos podran negar a sus
hijos este don. Pero además, ¿quién eres tú para negar a Jesucristo el derecho
legítimo sobre aquel por quien Él murió y resucitó?
4ª. Objeción. Jesucristo se bautizó de grande y se bautizó en el río.
Esta objeción revela una gran ignorancia de la palabra de Dios. Porque Cristo
recibió el Bautismo de Juan, que era un bautismo de penitencia, nosotros en
cambio, recibimos el Bautismo de Cristo, en fuego y Espíritu. Por eso somos
"cristianos" y no "bautistas". Y por eso los católicos
bautizamos no como el Bautista lo hacía, sino como Cristo manda: "en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Lee: Mateo 28, 19.
5ª. Objeción. ¿Y qué hay de los niños que mueren sin Bautismo?
"La Iglesia los confía a la misericordia de Dios que quiere que todos los
hombres se salven" (1Timoteo 2, 4) y a la ternura de Jesús con los niños,
que le hizo decir: "Dejad que los niños se acerquen a mí, y no se lo
impidáis" (Marcos 10, 14). Esto nos permite confiar en que hay un camino
de salvación para los niños que mueren sin el Bautismo. Por esto es más
apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños vengan a
Cristo por el don del Bautismo. (CIC n. 1261).
Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net