La
Asociación Pensamiento Penal (APP) y la Asociación por los Derechos
Civiles (ADC) se encuentran abocadas a una campaña nacional destinada al
retiro de los símbolos religiosos de las salas de audiencias de los
tribunales, invocando la neutralidad religiosa del Estado.
El
juez Luis María Rizzi, integrante del TOC 30 de la Capital Federal se
negó a quitar la Cruz. Conozcamos su elocuente y valiente respuesta:
"Dr Mario Juliano. Presidente de Pensamiento Penal:
Acuso recibo de su nota y de la del doctor Onaindia. Mi respuesta a vuestra pretensión es la siguiente:
No voy a descolgar ninguna Cruz. Tampoco voy a disponer que otro lo haga.
Porque creo en Dios y porque soy católico.
Porque
tengo reverencia por la Cruz de Cristo, el inocente crucificado por los
hombres y el más inocente de los condenados, que representa además, la
fe mayoritaria y la identidad de nuestro pueblo.
Porque
la Cruz no ofende a nadie, sea o no creyente, ni nadie puede sentirse
agredido, inquieto, molesto y menos discriminado por su presencia.
Porque
contrariamente a lo que ustedes suponen o creen, la presencia de la
Cruz es símbolo de piedad, de consuelo, y de misericordia; es símbolo de
que quienes se desempeñan frente a ella, tienen temor de Dios, y por
ello mismo, inspiran más confianza en que actuarán de acuerdo a la
justicia y a la verdad, con buena voluntad y con la máxima
imparcialidad.
Porque
finalmente, la libertad religiosa que ustedes dicen pregonar y
defender, es precisamente para que quienes quieran hacerlo, cuelguen,
lleven o exhiban la Cruz, y no para que nos obliguen a quitarla,
ocultarla o disimularla.
Soy
consciente no obstante, de que ustedes están embarcados en una triste
misión en la que muy probablemente lograrán los fines que los desvelan.
Tal vez porque la Cruz es incompatible con este mundo en el que se
confunde el bien con el mal, en el que se privilegian supuestos derechos
de la mujer a costa del derecho a la vida de los niños; en el que
impera la deslealtad, la mentira, la corrupción; en el que ya no
interesa la protección de la familia y de la infancia, y se las suponen
independientes de la protección del matrimonio.
En
fin, la Cruz parece no tener más lugar en una nación desolada, ciega y
sorda a las leyes eternas que no son de hoy ni de ayer, que huye de la
Verdad y de la Belleza, y que se empeña en ignorar y abandonar a
Cristo.
Pero Cristo no nos abandonará, aún cuando repudien y quiten su Cruz.
Pueden hacer pública esta respuesta, cuando quieran y ante quien quieran.
Los saludo muy atentamente.
Luis María Rizzi".
Fuente: www.catolicidad.com